Kikiflú

• Kikiflú es mitad hombre, mitad edificio de correos.
  
• La parte inferior es humana: tiene piernas.


• La parte superior es el edificio de correos.


• Kikiflú se desplaza por la geografía mundial libremente y sin importarle el destino.


• No se preocupa por códigos postales ni apartados de correos; Kikiflú no tiene consciencia.


• En el interior de Kikiflú, trabajan un centenar de funcionarios de correos. Reciben pagas extras, ya que trabajar en el interior de Kikiflú supone no saber dónde acabará tu jornada laboral.


• En estos momentos, tal vez Kikiflú esté en tu ciudad.


• Si mandas un paquete a tu abuelita y lo depositas en Kikiflú, es posible que durante la noche Kikiflú se desplace hasta otro país y que por lo tanto el envío sea internacional, con el subsiguiente aumento de los gastos de envío.


• Kikiflú tiene las piernas un poco peludas. Va descalzo, aunque esté en el desierto.


• Kikiflú se instala en el sitio menos pensado, aunque esté deshabitado, y puede permanecer inmóvil por semanas, incluso meses.


• Kikiflú tiene cuatro pisos:

- 1º: el piso donde se recogen los paquetes. Como Kikiflú se desplaza constantemente, raramente nadie recoge ningún paquete.

- 2º: donde se almacenan los paquetes que nadie recoge. Cuando el piso está lleno, los paquetes se tiran por la ventana, y los niños de la ciudad corren contentos a recogerlos. Kikiflú es una fuente de alegría allí por donde pasa.

- 3º: la sala del café. En esta sala cuatrocientas cafeteras aseguran que el negro elemento nunca falte entre los funcionarios. En este piso también se tejen fuertes y duraderas relaciones (cuando Kikiflú se desplaza, el café se derrama).

- 4º: nadie ha estado nunca en este piso. Se piensa que en este piso se halla algún tipo de inteligencia muy primaria que permite los aleatorios desplazamientos de Kikiflú por el mundo.

• Kikiflú supone un gasto enorme para el Estado. Tanto en compensaciones económicas por correo perdido como en café.

Piénsatelo dos veces antes de mandar un paquete bomba.